Las hierbas son la fuente principal de los afrodisíacos y han sido utilizadas mundialmente durante miles de años por diferentes culturas y civilizaciones.
Las plantas adaptógenas son aquellas que se emplean para aumentar la capacidad de defensa frente a agresores externos o condiciones adversas del entorno, inclusive situaciones de stress. Entre las especies vegetales con estas características se encuentran: el huangqi, la esquizandra y el ginseng. El huangqi mostró un efecto estimulante significativo en la motilidad del esperma humano. La esquizandra, en situaciones de stress, activa la formación de óxido nítrico y cortisol en plasma y saliva; este óxido se considera el principal neurotransmisor vasoactivo involucrado en la respuesta eréctil. Existen estudios que demuestran que el ginseng ayuda a incrementar el número y movilidad de los espermatozoides y los niveles de testosterona (hormona masculina). En ensayos clínicos en pacientes con disfunción eréctil, el ginseng mostró efectos beneficiosos determinados por mayor rigidez y tiempo de erección acompañado de una mejoría en la libido. El efecto estimulante sobre el sistema nervioso central y la acción ligeramente irritativa del aceite esencial de damiana sobre el tracto urinario (dando mayor sensibilidad a la eyaculación), serían responsables de su actividad afrodisíaca. El guaraná produce un efecto estimulante debido a su contenido en cafeína, que se traduce en una mejora del estado de ánimo y rendimiento, con disminución de la fatiga. La L-Arginina es un aminoácido precursor de óxido nítrico y este óxido causa vasodilatación endotelial peneana. Estudios clínicos muestran que la L-Arginina favorece la erección frente a la disfunción eréctil. El zinc está involucrado en la producción del esperma y el metabolismo de la testoterona.

Erección peneana
El pene presenta dos cuerpos cavernosos dispuestos a lo largo del mismo que contienen tejido eréctil esponjoso formado por musculatura lisa. La estimulación sexual origina señales cerebrales excitadoras que producen liberación de óxido nítrico que estimula la relajación del músculo liso. Esta distensión del cuerpo cavernoso peneano incrementa el flujo sanguíneo engrosando el tejido eréctil y produciendo la erección.